Así escuetamente decían nuestros abuelos cuando partían los sábados – ya existirían los viernes culturales o eso es nuevo? – a visitar el afamado Barrio Chino situado en las afueras de la incipiente ciudad de Barranquilla. así se conocían a las después denominadas putas y últimamente zorras hasta llegar a las conocidas como prepagos.
Pero, de donde vino este vocablo, coyas? Hará referencia a Los coyongos, aves zancudas que pululaban en las otrora ciénagas que nacían a las orillas del Rio de la Magdalena y su manera de sostenerse en una sola pata en espera eterna como lo harían estas mujeres a la espera de sus clientes?
Descartando la acepción de que así denominaban a la mujer del rey o el emperador, entre los antiguos peruanos empezamos a indagar recibiendo este comentario de Alvaro Suescun T.
Por fortuna hoy tengo, a manera de ayuda para salir del problema, este cuento echado al garete alguna vez por mi inolvidable amigo Juan Eugenio Cañavera, que tenía por qué saberlo pues fue hombre de bastantes recorridos en estos temas que apuntas:
Los marinos que llegaban al puerto de Barranquilla -decía Juan Eugenio-, en sus primeras noches en la ciudad eran llevados al barrio Chino para desfogar sus ansias de pleamar. Aquellos puteaderos que habitaron el lugar se fraguaron con tan sencilla condición que sus camastros eran de lona (camas de viento las llaman en algunos sitios, en otros de lienzo, más allá les dicen de tijeras, son las mismas en todos lados: dos puntales sostenidos en X sobre los que están acomodados unos travesaños encima de los cuales la lona se asegura al esqueleto con varillas de madera ).
Muchos de esos marineros provenían del Reino Unido (irlandeses, por mayoría) y al ser llevados a los camastros reconocieron en ellos el parentesco con las camas que improvisaban con lonas en sus barcos (llamados, en su idioma, "coy" -o "coyes", en plural-). De manera que se generalizó el hecho de que, al desembarcar, pedían que los llevaran a donde estaban las "coyes", es decir, a donde estaban aquellas singulares camas de viento, nominativo que, por extensión , se generalizó entre las ilustres "madamas" .
Esa es la explicación que conozco, y que me parece bastante ajustada.
Al consultar el diccionario de uso de María Moliner (Editorial Gredos, 1979), refuerza lo anterior:
"Coy: del irlandes cooy; cama de a bordo. Trozo de lona que, colgado por las cuatro puntas, se emplea como cama en los barcos".
Nuestro colaborador Ricardo Bonnet aporta algo mas:
Ese Coyas del inglés también tiene un sonido similar en el sinónimo en sueco, aunque en este idioma se escribe Koja, es por tanto un camastro en donde se habla este idioma: Suecia, Finlandia, Noruega, Islandia y Dinamarca; sitios todos desde donde nos llegaban marineros a nuestros puertos. Me parece que esa es una versión muy creible. Voy a averiguarte en otros idiomas.
Lo que me atrevo a conjeturar es que los "chulos" llegaban hasta los barcos y les decían a los marineros, en su inglés rudimentario, que si querían "coyas", y los llevaban hasta el barrio Chino.
Te apuntas un nuevo hit con esos aportes, viejo Álvaro.
En Sueco, sinónimos para koja
gå och lägga sig : gå till sängs, krypa till kojs, knyta sig
Así como leemos, este tema va para largo aportando nuevos significantes o definiendo nuestro imaginario.
Ricardo Velez Pareja, escritor cartagenero, autor de "La Divina Puta", nos manifiesta de sus recuerdos:
De acuerdo totalmente con esa explicación. Aquí también se utiliza la palabra COYA, desde niño le escuchaba sus cuentos a mi tío -que hablaba bien el inglés y estuvo, por muchos motivos, relacionado con los puertos - y nos decía que sus amigos marinos cuando llegaban a Cartagena lo primero que le preguntaban era acerca de dónde estaban las coyas, de manera que ese término sí era utilizado por ellos y aquí se generalizó. Te lo digo yo que participé, ya adulto, de muchas maneras en esas rumbas coyeras en El Príncipe, Las Vegas, Germania, etc.
1 Comentarios:
A las putas, estas honorables trabajadoras que según el fallecido actor español Fernando Fernán Gómez "...Incluso las más caras, cobran muy poco"; se les ha llamado de muchas maneras, siempre con palabras o frases que de uno u otro modo las relacionan con el cómo desempeñan su oficio.
En éste caso, la palabra "Colla" (Con 'll' y no con 'y') puede ser seguro que provenga del catalán, y probablemente de una asociación juguetona, como casi siempre sucede cuando hacen carrera las palabras nuevas en el Caribe, y que no es otra qué, cómo a las Putas "Todos se le trepan encima", entonces a alguno de un grupo de 'cachondos' clientes catalanes —de aquellos de quienes hemos heredado tantos apellidos en nuestra región— se le ocurriera entre risas, asociar su encuentro con las damiselas con una formación de 'Castells', esas torres de hombres trepados uno encima de otro, que se hacen en las festividades tradicionales de Catalunya. Porque allí al grupo de 'Castellers' que conforman el 'Castell', se les denomina, "Collas".
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