Erase una vez un #bicentenario

11 abril 2013

A raíz de los festejos del #Bicentenario de la ciudad de Barranquilla – 200 años de haber sido erigida en villa – se han escrito cualquier cantidad de artículos;  unos critican la manera como la campaña no era tan explicativa y pareciera que la ciudad apenas cumpliera 200 años negándole algunas gestas dea ños anteriores a esa fecha. Otros ponderando los festejos, aplicando todo lo que el sector oficial lanzaba por cualquier medio sin detenerse a analizar que tanto de verdad, de seriedad y de utilidad tenia el mensaje.

Llego el día y ¡plop! todos de para atrás por la manera como fuimos excluidos de un festejo que era para nosotros, de nosotros, de la ciudad querida y amada.

Y así sin mas explicaciones los dueños de la fiesta se la gozaron con sus amigos; Pedro pueblo recogió su bandera, desmaquillo su rostro y rumiando su incapacidad de poder decirle en la cara a los que el había elegido que la cuestión no era así. Pero aja, ante el temor de ser tildado de revolucionario y apátrida decidió irse a dormir.

Algunos columnistas publicaron sus puntos de vista, otros comunicadores rumiaron el estar fuera de la moña, de la rosca, del convite ese donde pocos fueron llamados. Aquí dejo algunos links si es que los periódicos no deciden borrarlos para que no quede huella del empute de muchos.

Cumpleaños exclusivo y excluyente

Banderas a lo largo de la calle vacía, utileros con camisetas del bicentenario, policías en todas las esquinas y Esmad. ¿Cuándo ha requerido la alegría de la villa un grupo, que no de marimondas sino de golpeadores entrenados, hacen una alegoría de la represión? El Escuadrón Móvil Antidisturbios, tantos policías y vallas contribuyeron a que Érase una vez en La Arenosa fuese un evento exclusivo de grosera discriminación. [+]

La realidad del Bicentenario de Barranquilla

 

Celebración 200 años: un fraude bicentenario

Me cuenta un periodista que en una lluvia de fotos que publica una reconocida revista nacional a través de la web se ven las primeras filas atestadas de foráneos invitados a una fiesta que no era la suya. Si esto fue lo que tenían planeado ¿por qué no celebraron en el patio de la casa de Acosta o de la Alcaldesa? La única explicación, que aún no he escuchado de la consejera --pero que a decir verdad ya no me extrañaría que lo dijera-- es que calme a los barranquilleros prometiéndole que, para el tricentenario, todos podrán estar.[+]

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