Cartas al Niño Dios

23 noviembre 2007

En uno de esos cajones que fabricamos para guardar recuerdos encontramos las cartas al Niño Dios. Eran cartas hechas a mano, pidiéndole esto y aquello; lo que vi en la vitrina o anhelábamos. Era una recompensa por el habernos portado bien, eso lo teníamos bien claro.

Hoy no. Hoy cada uno hace su carta se haya portado bien o mal. Estos últimos son los que mas piden. Inclusive se toman el atrevimiento de comprarse ellos mismos los regalos y darles obsequios a los de su misma calaña.

En esta época de cambio de gobernantes, de alcaldes, de secretarios y demás es cuando mas cartas al Niño Dios se hacen y se firman. Los salientes, los que entregan cargos sin esperarse las evaluaciones y balances a su gestión creen merecerlo todo. Y así en la oscuridad de los despachos, mientras tu estas desnudando el pastel o abriendo la botella de gordo lobo o sirviendo las sopas de mondongo en vasitos de icopor ellos firman decretos, contratos, cheques, traslado de remesas y luego todo lo traspapelan.

Es como la celebración esa de los huevos de pascua; se esconden y luego el mandatario entrante junto a sus secretarios tienen que encontrarlos y mostrarlos a la luz publica y mientras la prensa hace preguntas y se toman fotos y demás ellos piensan muy adentro,

- Esta me la desquito. Cuando me toque el turno ya verán; esto será un juego de niños… -.

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