El auge de construcciones se ha tomado a Barranquilla. Nuevos centros comerciales nacen como coquitos tras la lluvia. Vemos como instituciones católicas o más bien religiosas han caído ante el amo y señor Don Dinero. Primero fue el Colegio San Francisco, luego el Colegio Americano y ahora el Colegio San José.
Estoy seguro que muchos inversionistas del patio lo pensaron y repensaron y no se atrevieron a insinuar siquiera a estas instituciones o sus dueños el que les vendieran una parte de sus espacios sagrados. Hasta don Julio M. Santodomingo cayó. Solo nos queda preguntar, ¿que nos queda del imaginario urbano?
Porque poco a poco vemos como la ciudad se llena de casinos, centros comerciales, outlets, shopings y plazas. Nos estamos convirtiendo en una urbe de cemento y máquinas sin proyectos verdes, sin peatones, sin esquinas, sin colegios. Una ciudad con una nueva cara, una ciudad lavada o que están lavando (?).
2 Comentarios:
a mi lo que me sorprende no es el origen del dinero de las nuevas construcciones, la verdad no me tiene preocupado si es lavado o no, a mi lo que realmente me sorprende es que lo que se construye se vende y no se le venda a mafiosos ni a reinsertados ni a esa gente, lo que se construye, casas, apartamentos, locales comerciales son comprados por gente "normal" empresas normales y vaya usted un sabado en la tarde a cualquier centro comercial nuevo y estan llenos de gente que además consume, la madre me sorprende porque al ver eso, me parece que soy el único que no tiene el musculo financiero para un desliz cualquiera en un centro comercial, ole, eso es lo que me sorprende realmente.
Con la concentración, están acabando con la ciudad y no respetan POT, ni nada. El patrimonio arquitectónico tampoco. Solo en el caso de la Caja Agraria, que nadie quiere. El casino de la 53 que remodelaron pasándose por la faja POT, patrimonio etc. es prueba de ello
Publicar un comentario