El país político esta reventado. El Emperadorcito no se ha dado cuenta que todos vemos su desnudez muy a pesar que miremos pa’otro lado. Sus pataletas e insultos merman su buen tino – si alguna vez lo tuvo – y da sus ultimas manotadas de ahogao.
La ciudad es un caos; profetas a la lata pululan en cualquier rincón o altar vaticinando acerca de las calamidades que se nos vendrán si nos atrevemos a a no seguir las directrices del reino. Tiran las piedras y vociferan que el Transmetro durara hasta que le oxido carcoma sus estructuras o las barras bravas desarmen las jaulas para enfrentarse a palo a esa otra barras denominada como el esmad, lo que suceda primero.
Que el carnaval de barranquilla no fuera nada si ellos no lo hubieran teorizado y la UNESCO no lo hubiera refrendado grita una gárgola que no conoce los imaginarios; que el problema no son los muelles carboníferos sino las comunidades que fueron levantadas en el sitio donde estos a futuro iban a funcionar – cual trama de cualquier cyborg – y cual es la renegadera con el polvillo del carbón si toda la vida hemos comido arena y no hemos dicho nada, susurra un agorero leyendo las tripas de un pollo repleto de hormonas abierto en canal.
Ante este panorama apocalíptico considero la música como único y ultimo refugio. Suena MUNDO de Rubén Blades y Walter comienza a pintar. No hay ‘frias’ así que toco escanciar un cuncho de vino tinto que hacia curso pa’vinagre. Los sones van y vienen. Me llaman la atención la mención constante de El clan de Lara; así que googlie y aprendí,
La genética nos dice que únicamente uno de los trece clanes africanos participó en esa colonización. No pudo ser un movimiento masivo de población y hasta es teóricamente posible que sólo saliera una mujer de África y que de ella descendamos el resto de los habitantes del mundo. Ella, el clan de Lara –alguna de sus hijas– es la verdadera madre, la Eva mitocondrial del resto del mundo. Los otros doce clanes africanos jamás obtuvieron descendencia fuera de ese continente.
Para que se rasguen las vestiduras los xenófobos y racistas y sepan que descendemos de un mismo tronco, de esta Eva mitocondrial.
De todo esto nace MUNDO, un crisol de sones donde la gaita irlandesa se amalgama con el chequere africano y el laúd con las maracas y el tambor con el pito traverso y nos enseña, además, de donde venimos para saber quienes somos. Y dime tu mientras sonea Rubén, La espada de San Patricio / La que usó Agallu Sola!, como va la ciudad?
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