Que vaina. Tanto damnificado por el invierno, como todos los años, idos y venideros. Porque acá nos han vendido la idea que la solución es canalizar los arroyos que mas se crecen, someter a un cauce – que no es el de el – a una corriente de agua que cada año sube de volumen.
Pero es que las corrientes se desbordan porque el cauce lo repletan de basura. Mentira. Por mas basura que le eches la corriente se lleva lo que sea. Yo vi voltear a una ‘mula’ cargada con varillas por la corriente del arroyo de Concordia que es una de las vueltas o recodos que hace el arroyo de Hospital en su loca carrera por alcanzar el caño, o lo que queda de el. Así que no me eches cuento.
De un momento a otro sentimos un ruido aterrador, seguido de la caída de la pared del patio. El agua entraba como si fuera un río, nada la paraba.
Mira, antes, cuando las calles no estaban pavimentadas caía la misma cantidad de agua y no se sucedían esas catástrofes. Pero la ciudad creció y sin el mas mínimo cuidado en analizar los cauces naturales de los arroyos o acometidas que se sucedían en época de invierno se taponaron. La facilidad que daba la catapila termino por nivelar todos los terrenos, borrando las líneas con que la naturaleza demarcaba su curso y dele mijo, bloque, cemento, aluminio y varilla y construyamos.
Tanto es así que terrenos donados por una firma constructora y que van desde la vuelta de Pradomar hasta Galapa por la franja donde erigieron a Juan Mina y que eran bosques secos y anegadizos por el terreno lodoso que mantenía fueron aprovechados por la firma constructora de nuestro alcalde que levantó cualquier cantidad de edificaciones que hoy cual castillos de naipes se caen. Lo mismo pasara con los de enfrente, el sector de Miramar. Y nadie responderá por ello.
Y ante la ceguera de los gobiernos de turno por sancionar a estos avivatos de la construcción – A. Char no es el único – vemos calles que no cumplen especificaciones, box colvers pequeños para el flujo de agua, urbanizaciones sin desagües, manjoles rebosados, alcantarillas tapadas, desagües de arroyos sin mantenimiento – porque aunque no lo crean aquí se construyeron de esos – y demás.
Ahora, al pavimentar las calles intentan nivelarlas de tal manera que el agua tome un curso especifico para que vierta su corriente en el mismo arroyo de siempre y es por eso que ya el arroyo de Hospital no cabe en su cauce.
Soluciones? Ya pa que. Apriete la tanga y arree baldes de agua de su casa pa la calle pues seguirán con el cuentecito del arroyo el Salao, el Platanal y demás; y estamos seguros que con la plata invertida en ellos ya se hubiera instalado en su cauce un dispensador criogénico de tal manera que cuando lloviera el agua se convirtiera en hielo y tuviéramos la pista de patinaje de invierno mas grande del mundo y quien sabe si hasta medallistas olímpicos.
El gobernador Eduardo Verano aseguró que trabaja en la verdadera solución a este tipo de situaciones. “El Gobierno ya aprobó 17.500 millones de pesos para la construcción del canal colector del Salao-Platanal. Lo único que nos falta es la firma del Presidente de la República”, dijo.
LAS FOTOS QUE ILUSTRAN ESTE ARTICULO FUERON TOMADAS DEL PERIODICO EL HERALDO PORQUE YO SI DOY LOS CREDITOS – Y LOS TEXTOS DE ACA
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