Hay una ciudad regida por la Ley, por la razón, y otra muy distinta regida por el placer, los instintos, el vicio y el hastío de nosotros mismos. Una es la ciudad del doctor Jekyll. la solaz, la de la gente recién bañada para salir a sus trabajos, y otra la ciudad de Mr. Hyde, la lunar, la que esconde los mayores secretos y perversiones.
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