La muerte del Capitán América

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Siempre creímos en superhéroes de poderes, de eso que vuelan, tienen anillos o cualquier otro aditamento que los hacia invulnerables: Pero a raíz de la fiebre de karatekas iniciada con Bruce Lee se creo en nosotros – los pelaos de la cuadra – una actitud irónica: ¿Y si el man que vamos a enfrentar tiene un arma de fuego donde queda todo lo aprendido, todos los cinturones y danes, en el piso o acompañándonos a toda carrera hasta salvaguardarnos en la casa?

Y así cayó el héroe, ese que enfrento nazis, villanos de toda calaña, víctima de cualquier francotirador de esos que pululan en las ciudades de EE UU. Donde es más fácil comprar un arma que un frasco de aspirinas. Donde la actitud de ser alguien en la vida, es proporcional al arma que compras. Paz en la tumba de Steve Rogers.

y antes que lo escribas, si, tienes razón, se le ha reseñado mas que a cualquier campesino desmembrado por los que sabemos

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