Uy que calor!!!
Eso es lo que se oye a cada momento y en cada lugar. Como si viviéramos una época de verano aparecida de un momento a otro o hace tres días se acabo el invierno con nevadas de 30 centímetros. Pero no. Siempre ha sido así. La ciudad siempre ha sido calurosa. Calor a más de 40º. Calores en calles destapadas, otras llenas de zanjas y tirando en ellas bola’etrapo todo un día.
Los abanicos eran un lujo y el aire acondicionado solo lo tenía un almacén llamado Sears que quedaba donde ahora está el SAO de la 53. Había gente que organizaba paseos solo para llegar a la puerta y abrirla y sentir esa ráfaga de aire frio.
También el TIA tenía un buen aire con un aroma especial que no he sentido nuevamente en otro almacén.
Luego llego un señor apellido Moseres y popularizo el uso de este aparato. Pero, aire acondicionado en las casas? Ni pensarlo.
Ahora con carros climatizados casi a 12º, oficinas donde los empleados deben usar anorak y otros aderezos, moteles que apagan el fuego del amor a punta de estos aparatos, hemos perdido esa habitualidad al calor. Queremos que todo este climatizado. El ‘zapatico’, la camioneta polarizada, las dependencias públicas, los buses, las aulas de clase, etc. Y nos espantamos cuando el solano nos pega de frente con esas ráfagas de candela hirviente con que nos recuerda que vivimos en el trópico, a orillas del Caribe, donde el Sol derrite tristezas y nos recarga con su energía energizante.
1 Comentarios:
a eso hay que sumarle que con el uso del aira acondicionado en forma masiva, la temperatura ambiente se eleva un montón, porqiue esos aparatos estan expulsando aire caliente a la atmosfera barranquillera todo el día.
pero mano es que si está haciendo mucho calor, cada año es mayor no?
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