Kit de miserias II

Viene de Kit de miserias. Oyendo al funcionario paisa de la alta autoestima y pertenencia que desarrollan por su entorno, de cómo en un muladar habían levantado un barrio - Moravia -con todas las de la ley incluido un salón cultural – léelo bien, un salón con todas las de la ley para el barrio – con auditorio además, pensé cuantos auditorios comunales hay en nuestra ciudad. Y saben qué? ni uno. Bueno esta la Concha Acústica del Parque almendra pero nadie se acerca por allá. Cuantos escenarios tenemos para deleite del pueblo? Ni uno.

Canchas, como eufemísticamente llamamos a los peladeros donde se asolean los pelaos con hambre de salir de la pobreza pateando alguna pelota, hay como… cinco o seis. Salones culturales? Salones comunales? Y ni hablar de bibliotecas o museos. Jóvenes que para desplazarse para hacer alguna tarea invierten la merienda de quince días pues cerca sus barrios no hay nada que se le parezca y no hablemos de museos pues el costo de la entrada de una familia es casi la mitad del salario mínimo.

Es que aquí con el solo hecho de cerrar una calle creen que están haciendo mucho. Ahí está el ejemplo de las entregas de mandos e implementos a la policía en la ‘Plaza de la Paz’; cuando esto sucede media ciudad se paraliza. Para que esta la escuela Antonio Nariño o la Central de Policía?

Y es que la cuestión de los gestores culturales no es mendigar para la escuelita de danza – revisa todos los proyectos de inversión cultural y el 85% piensa crear una escuela – ni para el contratico de la ‘moña’ que amenice cualquier charada. No, debemos ir más allá. Crear Escuelas de danza clásica, Orquestas sinfónicas Juveniles. El único sitio donde no funciono lo de Batuta o no se socializa es aquí.

Dejemos ya de meterle carnaval a todo. Mientras las orquestas juveniles de Medellín tocaban la música de Pacho Galán Y Lucho Bermúdez ese 20 de julio nosotros aquí todavía coreando el patacón pisao. No. Mientras allá internacionalizan la bandeja paisa aquí nos da pena decir que nuestro plato es el Arroz de Liza o con Liza como le dicen los políticamente correctos. Y negamos su degustación.

A lo mejor encontraras errores y opiniones encontradas pero escribí con rabia, no por ellos que están haciendo las cosas bien sino porque me toco reconocer que los políticos y dirigentes de aquí valen tres tiras y los seguiremos reeligiendo In saecula saeculorum