Nuevamente regresa a la palestra el tema del Coliseo Cubierto Humberto Perea usufructuado como sitio de prácticas de boxeo, templo ad honorem de cultos religiosos, inspección de policía y abandonado a la buena de Dios. Digo regresa pues es un cuento que se oye desde hace rato y nada que le meten el diente.
Hoy, dos universidades del sector han decidido meterse la mano al dril y rescatar el sitio transformando el coliseo en una biblioteca interactiva. Una biblioteca como las mejores del país, esas que ha regalado el barranquillero que más sabe hacer riqueza, Julio Mario Santo Domingo. Pero recordemos que este es un bien publico, de esos que pertenecen a la comunidad.
En caso que las universidades del área amplíen su mobiliario urbano con este ampliarían los espacios de miedo que ya han generado en todo el corredor de la carrera 54. Espacios vacios, solitarios que solo viven en la estadía de clases de los futuros profesionales. Del resto, nada; solo señores de seguridad y soldados del batallón.
Anteriormente, el sector era más dinámico con la presencia de los teatros ABC y Metro. Hoy no. Así que el hecho de construir una biblioteca que será abierta solo de lunes a viernes en horarios de oficina y en la que a lo mejor, como la biblioteca de una de estas universidades, los libros estarán empastados en bolsas plásticas selladas para que solo apreciemos las caratulas, no es garantía que el sector se dinamizara y reactivara el sector. Y ojo que ese sector tiene una cuestión especial pues es legado del señor E. Muvdi que lo dono con fines específicos sino pregúntenle a los de la Sociedad de Mejoras Publicas.
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