Marihuana años 50

31 marzo 2012

Vía mail recibí este articulo que comparto con ustedes; retrata un momento vivido en la ciudad y que es narrado de manera muy particular por su autor Fernando Araújo Vélez

Silbaban bajito y cantaban en voz alta las últimas tonadas de Daniel Santos, “vengo a decirle adiós a los muchachos, porque pronto me voy para la guerra…”. Caminaban bamboleándose de un lado para otro, como si llevaran una canción de Dámaso Pérez Prado metida entre los huesos. Eran morenos en su mayoría. Gente caribe. Flacos, altos, vestidos de colores fuertes y cuadros gigantescos, pantalones estrechos, zapatos de tacón alto, preferiblemente con hebilla. Idolatraban a Robert Mitchum, pues sabían que Mitchum, uno de los actores más importantes de aquellos tiempos, un westactor, había sido detenido en Estados Unidos por fumar marihuana. Iban peluqueados a ras, al modo de los “yunrá”, como los definía un juez en la Barranquilla del año de 1953. “Yunrá, sí, que viene de la frase en inglés you are right”. Soñaban con viajar a La Habana y entreverarse con los intelectuales cubanos y hablaban con swing, golpeándose las manos. Decían jermu en vez de mujer, nabue en lugar de buena, llamaban colino al que se iniciaba en la marihuana y bonche a la hermandad de los marihuaneros.

Eran eso, la hermandad de los marihuaneros. En sus palabras, el bonche que bailaba alrededor de una chicharra para terminar sus juergas afinándose con un rubio americano. En términos del juez, un grupo de desocupados que se reunía a fumar marihuana con sus funestas consecuencias. “Por lo general, el marihuanero va a la Plaza del Cementerio Universal y se come dos o tres platos de mondongo. Da alucinaciones, produce estadios de grandeza y desdoblamiento de la personalidad. Pero el marihuanero no es sujeto que se cree Napoleón o Bolívar. Esos no son sus héroes, sino Joe Louis, Jorge Negrete, Tarzán o Supermán. Se ha dado el caso de que un ‘engrifado’ se le arroje a un automóvil, creyéndose Supermán, y con fuerza suficiente para levantarlo en vilo, como aparece en las tiras cómicas. Otro, en Cartagena, en la época de la “suba” de los tiburones, se lanzó a luchar, cuchillo en mano, contra uno de éstos y la tintorera que lo acompañaba, y desde luego pereció en la contienda”.

La cofradía de la marihuana, expendedores y fumadores, fue perseguida con ahínco en los primeros años 50. Incluso, en Barranquilla, según reportes de la época, el gobierno creó un juzgado especial para investigarla, combatirla y juzgarla. Barranquilla, decía Antolín Díaz, uno de los cronistas de la época, era “considerada el centro matriz donde actúan los grandes maestros del terrible vicio”, un vicio que, según las pesquisas del juez competente, procedía de la región de Valledupar, en el entonces departamento del Magdalena. “De Valledupar —explicaba el juez—, la marihuana es traída a Barranquilla en calidad de contrabando por intermedio de las lanchas que cubren el trayecto entre Ciénaga y la capital del Atlántico”. Llegaba en baúles de doble fondo, en las llantas de las bicicletas y los automóviles, o como “encomiendas” transportadas por ingenuos pasajeros, y se distribuía en El Boliche, la Zona Negra y el Barrio Chino, en callejuelas y plazas oscuras que, indefectiblemente, terminaban cada madrugada como escenarios de brutales combates.

Uno de los episodios más trágicos de la historia de Barranquilla, ocurrido en los años 20, había sido ocasionado por dos marihuaneros, recordaban las autoridades en el 54. “En ese caño (Larguero de Brito) —explicaba el juez de la estación de marihuana—, incendiose la lancha ‘Cecilia’ en las primeras horas de la madrugada y perecieron ahogadas 64 personas, entre niños y adultos. Esas escenas aún se recuerdan en Barranquilla”. Luego de encontradas versiones, y de más de 20 años, los investigadores determinaron la causa de la tragedia. Aquella sentencia, y el auge de la “cannabis indica” en la Costa Atlántica, llevaron a los legisladores a emitir el decreto 1851 de 1951, que asimilaba a quien cultivara marihuana, la expendiera, usara o indujera a otro a consumirla, con los “malvivientes”, un estado antisocial previsto en la Ley Lleras de aquellos años “sobre vagancia, ratería y malvivencia”, como lo explicaba en El Espectador Antolín Díaz. Dos años más tarde, el gobierno creó el juzgado especial contra la marihuana. Aquel fue el comienzo de una guerra que 60 años después aún no termina y que ha dejado cientos de miles de cadáveres.

Parecidos…razonables?

25 marzo 2012

Rasando las fiestas pero no, una es EL Carnaval la otra es solo un Festival así que aja

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Ustedes recuerdan todo el cacareo que hicimos por la tumbada del Edificio de la Caja Agraria? Dijimos que todo era una cortina de humo que beneficiaria solamente a los constructores de un Centro comercial denominado Gran Estación? Proyecto demandado y revisado que al final se cayo pues terminaba absorbiendo calles y carreras y de paso acababa con el poco patrimonio arquitectónico que permanece en pie en el que ufanamente denominan Centro Histórico?

Bueno, parece que todo era un sofisma de distracción, una buena cortina de humo mamellua con áulicos arquitectos incluidos pa que no viéramos lo que se incubaba del otro lado de la ciudad donde se acabo con edificios considerados parte de la HISTORIA DE LA CIUDAD, patrimonios arquitectónicos y de paso se renovó una Plaza de la Paz que lo necesitaba si, pero también era parte del convenio pa que se construyera ahora si el Centro Comercial con que nos distrajeron de salida, el llamado HOME CENTER. Favor recibido, favor cancelado.

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Por eso el empute de Eduardo Verano pa que no se criticara ni se investigara ni se reconsiderara ni se aplazara pa’mas tarde todo lo referente a este espacio pues era parte del convenio pa’que se construyera dicho Centro Comercial. Y habrá sido también parte de la elección del señor Segebre? vaya usted a saber. Y aquellos que criticaron nuestra posición y comieron de socializaciones amañadas ahora que dirán? esa es la ciudad que quieren?

Y quien lo construye? pues la firma Atique y Segebre cuyo dueño administra los designios del departamento, si amigos este guajiro llego tumbando todo, talando arboles, acabando con el patrimonio pa realizar su sueño de ser el que mas Centros Comerciales construye en la costa Atlántica.

A esta hora ya muchos edificios del espacio han caído bajo la pica del progreso incluida –dios no lo quiera- el club La Española. La ciudad a la medida de su Monopolio. Ah y los veedores de la ciudad, esos que elegimos pa que estuvieran pendiente y no nos cambiaran el entorno? Muy bien y tu?

Memorias de ciudad

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LEER MAS si el periódico no le da por borrar los archivos a que redirigen los links: El patrimonio arquitectónico es la memoria de una ciudad 

SOHO: ¿Elogio o Venganza Semiótica?

14 marzo 2012

A raíz de una polémica generada por artículos o mas bien por la ilustración de artículos de dos afamadas revistas que involucran una carga alta de segregación, racismo, uso de la mujer posteamos esta colaboración enviada por Nicolás Ramón Contreras Hernández .

¿Qué triunfo y qué elogio puede haber en igualarse al opresor? ¿Es esta la forma de de ser humanamente diferente al agresor histórico criticado? ¿Qué victoria puede haber en igualar en sevicia simbólica al opresor/criminal?

¿Acaso nos agredió un pigmento y un biotipo y no un sistema  socioeconómico de producción desde el siglo XVI? ¿Cuándo seremos capaces de superar el pigmento y la versión histórica maniquea del blanco malo y el negro bueno? Estas son las preguntas que me asaltan al ver la misma vaina, pero con diferentes actores,  propuesta por la Revista Soho, en respuesta al dislate de la Revista colonial y monarcófila española Caras, cuando publicaron las igualmente ofensivas fotos de las multimillonarias caleñas en una mansión copietas de "Beverly Hills", humillando como objetos decorativos a dos domésticas afroabiayalenses del Pacífico. La respuesta que veo,  se podría definir como una mutación criolla del síndroma sionista con fascismo agregado y encarnado en el estado de Israel. 

Y lo llamo el síndrome sionista, porque guardadas las proporciones, nos hemos prestado para instrumentalizar otra agresión igual,  ya no al ideario de las señoras mucha plata de Cali y su sistema de dominación, sino a la mujer más allá del color, que por consecuencias del desplazamientos y otros valores agregados siniestros del neoliberalismo, todos conducentes a la miseria, permiten seguir reafirmando el estigma de la mujer objeto sexual, como en el mercado de las esclavas cuando eran las rubias eslavas, eslavonas y esolovenas las ofertadas; y porque seguimos pensando a la mujer en todos los colores, como las sirvientas por antonomasia: cualquier parecido con la actitud de los arrogados herederos de las víctimas del holocausto nazi, que ahora lo hacen peor y con licencia  mediática de santidad, en contra de los palestinos...Y en esto, creo que no es pura coincidencia, pues detrás de ello opera la estupidez humana de la venganza simbólica, virulenta y violentadora como cualquier otra.

Yo opino diferente, porque al final del cuento y de cuentas, la mujer en general y la mujer afro, son presas del reencauche de dos modelos que no ven más allá de las narices demarcadas por la herencia del patriarcado monopolista del poder plata y del poder símbolo. Me extraña ver - por ejemplo en la foto - y sin ningún rubor, la presencia de una mujer de acciones y planteamientos humanistas como Belkis Arízala. Que humanamente edificante hubiese sido que en lugar del desnudo, donde se venden las curvas y las carnes que harán enriquecer la chequera de la Casa Editorial El Tiempo, se hubiese destacado a las mujeres afro, que no todas son portadoras de curvas con sello de despampanancia, pues las hay haciendo labores edificantes en distingos campos del saber y el hacer humano - que es lo que cuenta-  sin ver el color del beneficiario en las barriadas de Cali, Cartagena, Barranquilla, Quibdó, Bogotá y cualquier lugar de la geografía nacional y mundial.

Hubiese sido un mejor ejemplo de didáctica social intercultural, el haber mostrado por decir algo en la composición del cuadro, a una Mabel Gisella Torres o a la señorita Pino, destacadas mujeres nuestras en las Ciencias Naturales y físicas puras de reconocimiento mundial, pero invisibilizadas por una sociedad que sólo tiene ojos para el morbo de las curvas desnudas y la venganza al estilacho de los enlatados norteamericanos y las telebobelas de siempre. Bonito encontrar en ese cuadro a Dorina Hernández Palomino la Pedagoga, con Mary Grueso Romero la poetisa y docente; a Rudelcy Cimarra Obeso y a Belkis Arízala, ambas trabajadoras de lo social, junto a Zulia Mena y María Isabel Urrutia, pero sin ánimos de venganza, la cual como decía Bourdieu, aunque sea simbólica no deja de ser encarnizadamente sanguinaria en sus propósitos, que es el fin último que subyace en el afán de aparente justicia simbólica, en la cual, la mujer es la que pierde sea cual fuere su pigmento en los dos extremos simbólicos de la puesta en escena: !Valiente manera de celebrar el mes de la mujer!

6a. «Todo está consumado»

06 marzo 2012

Seis meses después del post #BAQ Tierra arrasada ya todo esta cumplido, la bitácora a seguir ya esta definida y nuestro entorno nuevamente cambiado; porque la idea es que pa'los doscientos años, que no bicentenario, la ciudad sea otra. Una ciudad a la medida de sus escritorios, de sus acuarios climatizados  de su inteligencia, sin el recuerdo de la Barranquilla de nuestros abuelos.

La revuelta estudiantil de los estudiantes de Medicina en UniLibre para un hospital institucional es apenas el preámbulo para venderle a una multinacional la sede Centro ubicada sobre la carrera 46. Ya compró y derrumbó la sede del antiguo colegio Americano, en la esquina de la calle Felicidad.

El lote en donde estaba la gallera, a un costado de la sede universitaria, también. Enfrente, el parqueadero de la Plaza de la Paz en construcción. Solo falta el edificio de la Universidad Libre al que seguramente, como ha pasado en casos similares- colegio San José, colegio San Francisco, colegio Alemán-, será canjeado por un hospital.

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Barranquilla, plazas y parques 
Plaza Juan Parking o es Juan Pablo...?