Carnaval del Suroccidente

21 febrero 2006

¡Chévere!

Por MARTHA GUARÍN R.
Fotos Johnny Olivares

Salió de las entrañas del barrio cuyo nombre honra al pedagogo alemán Carlos Meisel; pasó por el tradicional sector de San Felipe; cruzó para coger sombra por La Ceiba y finalizó en el guapachoso Cevillar. Así fue la ruta del sábado del Carnaval del Suroccidente.

En el bordillo de sus casas, sin necesidad de alquilar sillas, porque usaron las de sus propias residencias, y sin vallas para desviar a los vehículos, miles de personas gozaron con la estupenda actuación de 82 grupos, que se adueñaron de la vía desde las 3:30 de la tarde hasta las 7:45 de la noche cuando entró el grupo Kalunga a la Cancha de Cevillar donde se disolvió el espectáculo.

Allí –como se acostumbra en materia de desfiles masivos– no hubo tarima para presentar grupos musicales, por limitaciones de presupuesto, pero en honor a la verdad no hubo necesidad. Los raspacanillas, los grupos de millo y hasta una banda hicieron las delicias para que danzantes y público bailaran y gozaran con este recorrido que tiene por lema ‘El Carnaval de la gente’.

“Me gusta el Suroccidente porque nos untamos de pueblo”, dijo Alfredo Álvarez, director de la cumbiamba ‘Ritmo Soledeño’, quien tiene ocho años de no faltar a esta cita folclórica, la cual se organiza hace once años.

Bajo la batuta o gerencia del docente Juan Carlos Ospino, desde hace dos años se realiza este desfile. Retirándose momentáneamente la careta de su disfraz de monocuco, Ospino, vinculado a la Escuela Mundo Bolivariano del barrio Las Malvinas, contó que se hicieron actividades recreativas conjuntas con muchos de los grupos, para cubrir gastos de logística.

“Logramos fondos para subsidiar a algunos, pero queda un déficit de tres a cuatro millones de pesos. El Instituto de Cultura y Turismo nos colaboró con la contratación de millos y papayeras , y para auxiliar a algunos músicos”
Pero el público, ajeno a estas cuentas y preparativos que se hicieron desde el mes de noviembre de 2005, ofreció como recompensa su aplauso y admiración a los protagonistas de esta muestra carnavalera, donde se pudieron contar con los dedos de la mano a los niños y adultos que compraban espuma o harina. La diversión entró por los ojos con la manera de bailar, por ejemplo de Génesis Gutiérrez, reina del Carnaval Estudiantil, y de la comparsa Fantasía Caribeña.

No se quedaron atrás los niños, que como ‘Pedro por su casa’, corretearon a la ‘la sollá’, la estilista Emiliana Villar, quien se jaló un tremendo papel no sólo por su acostumbrada caracterización sino por los aprietos que ellos le causaron. “Estos hp pelaos me están sollando”, dijo mientras se acercaba a un grupo de observadores para pedirles, ya cuerdamente, una bolsa de agua para calmar su cansancio.

Y enseguida... ‘La vaina ya se formó’... pero con la actuación de la cumbiamba que lleva ese singular nombre. El que dijo que estaba dispuesto a hacer de las suyas fue ‘El Mago de Oz’, quien aseguró -mientras lo escuchaba su corte de disfraces, compuesta por Drácula, El Indio Pielroja, y muchos otros- que llevará varias sorpresitas a la Batalla de Flores.

Hizo su debut en esta pista el veterano de 52 años en el Carnaval de Barranquilla, Ismael Escocia ‘El Descabezado’. Esta vez llevando ‘la cabeza’ de El Pibe. “Es un homenaje para esta figura del balompié”, manifestó Escorcia, quien dando tumbos trataba de avanzar para alcanzarle el paso a la Reina Popular del Carnaval de Barranquilla Yohanna Castillo Guerrero.

El balance de este espectáculo, además de alegría, orden y facilidad para apreciarlo y gozarlo, incluye la esmerada participación de sus protagonistas.

Además, la vistosidad de Los Curramberitos, el buen son de Ritmo Bolivariano, la alegría de El Taconazo, la elegancia del Rumbón Normalista y de su grupo de música con Edna Fernández y Jaime De la Hoz, como voces líderes, y un incremento de 27 grupos con respecto a los 55 que desfilaron el año pasado.

El reporte de normalidad por parte de la Defensa Civil, de la Red de Urgencias y de la Policía, y además, las ganas de volver de los protagonistas y del público de ver otro Carnaval del Suroccidente, necesariamente hacen pronunciar esa palabra tan nuestra, para todo aquello que reúne lo que es bueno y que vale la pena: ¡chévere!

0 Comentarios: