Sitio de Libres, Sitio de olvidos

21 diciembre 2010

El entorno se ha llenado de niños bien que juegan a ser empresarios y creen que la ciudad es su Monopolio o el hágase rico. Tumban el patrimonio, los descascaran y venden el lote o solo te venden una fachada que el nuevo dueño polucionara con sus logos y avisos. Y es que aquí no hay una oficina que vele por la defensa de esos espacios?

Ahí esta la señora rectora de la Universidad del Atlántico vendiendo el lote para que funcione cualquier megaproyecto incluyendo los terrenos y edificación donde funciono de salida el Colegio Barranquilla para Varones (CODEBA 100 AÑOS). Y nadie dice nada y terminaran vendiéndolo y pondrán otra Olímpica u otro Carrefour y ya. De esa manera seremos del primer mundo. #pajodelos Aqui les dejo otra perla.

¿Sitio del olvido? Por Joaquín Mattos Omar. ¿Será Barranquilla tan filistea para permitir que un lugar que entraña un tesoro de su memoria histórico-cultural y que, además, enriquecería su espacio intelectual, sea anulado por una tienda más que nada añadiría a su denso paisaje comercial?

Algunos lectores sabrán de qué hablo: la casa donde Meira Delmar vivió y soñó en olor de fina poesía durante casi sesenta años hasta el día mismo de su muerte; la casa donde escribió la parte más original y madura de su obra poética; la casa donde ya por la década de 1950, tal como lo cuenta García Márquez en sus memorias, “había veladas sorpresivas de visitantes ilustres, desde grandes artistas de cualquier género hasta poetas extraviados” (veladas que para él, como de seguro para los otros miembros principales del Grupo de Barranquilla –del cual ella fue integrante, digamos, no oficial–, resultaban “sedantes” porque purificaban sus “malas noches” de bares de arrabal), esa casa eminente, digo, está en venta y podría en pocos meses, por tanto y en efecto, acabar convertida en una tienda, que aun por muy digna y sofisticada que fuere sería de todos modos indigna de tal casa.

Nadie discute el derecho de sus herederos a poner en venta el hermoso inmueble art déco, obra de don Manuel Carrerá que data de 1945. Lo que se quiere es que la clase dirigente local (o nacional), bien del sector público, bien del sector privado, o de ambos en forma mixta, adquiera la quinta y la entregue “en comodato para su manejo a una fundación con fines educativos y culturales”, que al mismo tiempo preserve “el legado artístico y patrimonial de nuestra amada poeta”, tal como plantea una iniciativa ciudadana en carta dirigida esta semana al alcalde Char y al gobernador Verano De la Rosa.

Ya que de no ser así, señores, presten atención, Barranquilla sufriría no sólo un menoscabo patrimonial de valor inestimable sino que perdería también un importante activo del desarrollo de su vida cultural y de su turismo ídem.

Y señalo esto último porque todo indica que la dirigencia de la ciudad, para la que el único desarrollo posible de ésta se reduce al desarrollo empresarial, no ha comprendido (aun sin salirnos de esta concepción suya de polis) que invertir en proyectos culturales es también invertir en proyectos de desarrollo económico, pues un gran proyecto cultural atrae muchos visitantes y contribuye a crear un clima de progreso y modernidad que incide en la atracción de inversionistas extranjeros.

No hay ciudad en el mundo dotada de un alto nivel de desarrollo económico y de una elevada calidad de vida que no cuente al mismo tiempo con una oferta cultural amplia, rica y de gran nivel. Es parte de su competitividad.
Así que, por favor, demostremos que Barranquilla no es sólo una mera “ciudad de tenderos”, como se nos vio siempre, sino que también –¿o entonces cómo es que “sabe cantar”?– posee sensibilidad y visión suficientes para proteger y fomentar la memoria de su más insigne poeta.

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