Enrutando el imaginario

03 noviembre 2007

Los manejadores de la cultura en la ciudad se han craneado una serie de rutas que buscan dar a conocer diferentes aspectos de la ciudad ya sea en materia arquitectónica, Ruta Art Deco,; plástica, Ruta Obregón; y Ruta Literaria con los espacios donde hizo presencia Gabriel García Márquez que a nuestro parecer ya no existen. Pero aja.

Esto es una moda mundial y como tal ya la ciudad se puso a tono. En Madrid (España) acaban de inaugurar la Ruta Gabriel García Márquez – El nombre igualitico a la de aquí. Que coincidencia – y hace poco en Buenos aires, gracias a una campaña de unos fanáticos de Mafalda se coloco en donde vivió una placa recordándolo.

Ahora todo eso esta bien. Pero no debemos quedarnos solo en los itinerarios, en esos paisajes llenos de 'aquihabia' o 'hayquedaba'. Es lograr que las obras se preserven y en la ciudad esto esta en veremos.

La demolición del Edificio de la Caja Agraria pone en peligro de desaparecer  el mural al fresco más grande emprendido por el Maestro Obregón, lo mismo que la desocupación del edificio del Banco Ganadero, donde hasta hace poco funcionaron las oficinas del BBVA. Aquí existe un mural totalmente diferente. Su técnica de pequeños mosaicos cortados a mano y pegados uno a uno hasta lograr culminar la obra, recuerda esas obras de los palacios árabes.

¿Que debemos hacer nosotros los barranquilleros para que las obras de uno de nuestros mas insignes hijos no queden a la deriva y terminen bajo la ‘mona’ y el cincel de cualquier obrero de la construcción?

Trasladar todas las obras a los patios de la aduana como ya sucedió con el mural que adornaba el frente del antiguo edificio del Banco Popular en pleno Paseo Bolivar - y que hoy engalanaría la chambonada que no han terminado de hacer - y los que estaban en el edificio del Banco Dugand en pleno Mercado Publico.

O lo mas fácil quedarnos callados viendo como mueven de aquí pa’lla nuestro imaginario como sucedió con la cacareada restauración del Cañón Verde; icono de varias generaciones que vieron en el, en el estar enterrado boca abajo una muestra conceptual de toda la pacificidad que nos engalanaba y de la que nos ufanábamos. Y que hoy reposa en una cureña a los pies de la estatua ecuestre de El Libertador apuntando a la nada.

Dicen que los indios sioux cuando declaraban la guerra al enemigo desenterraban sus armas de guerra. ¿En que porcentaje ha aumentado la violencia desde que fue desenterrado nuestro Cañón verde?

1 Comentarios:

Anónimo dijo...

Vivo hace 5 años fuera y no estaba al tanto de la polémica por este edificio donde tuve mi primera cuenta de ahorros cuando niña. Recuerdo el mural de Obregón, no estoy segura del cañon verde, pero es posible que la nueva postura vaya acorde con la nueva generación de Barranquilleros, que tristemente dista mucho de los ciudadanos de bien que construyeron esta ciudad y marcaron el progreso de este país. En Buenos Aires hay un edificio que lleva mas tiempo de polémica que este, yo lo vi y en ese entonces decían que para demolerlo se necesitaba el equivalente a 1 bomba atómica por se de concreto puro. Yo votaría porque lo trasladaran a un costado. Se conserva el mural, el patrimonio y se obtiene el espacio. Que mas quieren?