Trapitos al sol...

22 noviembre 2007

Por problemas técnicos no había podido postear diariamente y algunos temas se quedaron esperando en el qwerty. Pero ya regresamos y lo hacemos publicando esta columna de Horacio Brieva, hoy alineado en las filas del cuestionado establecimiento, pero aun con los arrestos para escribir de las vicisitudes por las que pasa nuestra querida tierra. Ojalá la cuestión no se repita con Alex Char & Cía. Ave Maria purísima…

La izquierda pragmática de Hoenigsberg y Cía                                 Por HORACIO BRIEVA

Duverger, en un libro sobre los partidos políticos, sostiene que los hombres de origen humilde que llegan al poder suelen padecer extravíos que no son frecuentes en quienes han nacido en la cúspide de éste.

Sin embargo, hay excepciones. Ahí está el ejemplo, para no ir muy lejos, de Lucho Garzón, a quien se le reconoce una administración honrada y eficiente y una sencillez que doña Eloísa Garzón, su progenitora, ha ponderado en una entrevista de María Isabel Rueda en la revista Semana: “Él sigue siendo el mismo hijo. No ha sido como otras personas que se crecen, que porque tienen un cargo de esos son más que uno”.

Hoenigsberg, en cambio, tan pronto conoció el éxito económico a expensas de la Alcaldía, perdió la humildad de sus años de pobreza y se olvidó de los amigos de la Universidad y de militancia que le daban para el bus o la comida. Carlos Altamar es un producto de la escuela de Hoenigsberg.

Altamar fue montando su plataforma de enriquecimiento en el Iduc, pero, ante el debilitamiento financiero de la entidad por la disposición de la DAF de que se usara el impuesto de delineación urbana en el pago de acreencias de la 550, buscó rápidamente traslado a Metrotránsito. Allí se transformó en un intocable que no atendía en ocasiones ni los llamados de Hoenigsberg. Agrandado, parecía un personaje emergente cuando llegaba a la oficina ataviado de ropa y mocasines de marca sin medias, y luciendo una figura más juvenil gracias a un tratamiento para bajar de peso y desterrar su voluminoso abdomen.

Nadie que gane 6.131.000 pesos mensuales como gerente de Metrotránsito y actúe con total rectitud, puede construir un edificio de varios miles de millones de pesos, comprar automóviles costosos para uso personal y familiar, y llevar una desenfrenada vida de francachelas con amigos y mujeres bellas y exigentes.

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2 Comentarios:

Jaime Diaz dijo...

Ese Altamar deberia estar en una mazmorra a pan y agua, esa es la peor de las ratas de alcantarilla de Hoenigsberg... y dios nos libre de este ultimo de senador, con el espanto de alcaldia de el? y mas aun, con el descaro de ser un preso y seguir de alcalde?

Anónimo dijo...

y saber que uno llega al edificio de la alcaldía y se encuentra con Fernando Torná, co sus camisas de flores, su pelo largo y descuidado y una agenda de 1998, sentado en el primer piso esperando los pagos de otros contratos tan fraudulentos como el de la remodelación del edificio.
ver la casa de Hoennisberg en Lagos de Cauharal, su apartamento lujoso en el Boulevard de Villa Country y la quinta que le comró a la gata en Playa Mendoza, eso si, a la secretaria de recursos físicos en cabeza de Pinto, no le fian ni un bombillo en ninguna ferretería de Barranquilla, debido al no pago sistemático de sus obligaciones.
Mejor Dicho ni hablemos porque termino llorando de nuevo la plata que aún no me pagan.