Padres del terrorismo festejando una supuesta muerte...

03 mayo 2011

Por: Nicolás Contreras

El cuadro no podría ser más patético:  los medios de propaganda imperiales, daban con alborozo la noticia sobre la supuesta muerte del yijadista -legendarizado- Osama Ben Laden. En USA se detuvo un juego de béisbol - otra de las religiones del músculo de ese país - y las multitudes cantaron el himno de los matones, ese mismo que han entonado los marines desde que invadieron a sangre y fuego a Haití en el siglo pasado y lo han venido haciendo en muchas partes del mundo invadido por tan conspicuos matones, como por ejemplo, el conductor del helicóptero apache que denunció Juan Assange en el Club Nacional de la Prensa hace unos años, cuando masacraba por diversión psicópata a los reporteros árabes de Reuter y a quienes vinieron a recoger los cadáveres...

Digo legendarizado, porque la vida de Osama Ben Laden el ciudadano saudita multimillonario - desmitificada por un documental de Michel Moore - en donde muestra los nexos comerciales de la familia Ben Laden con la familia Bush, mediante el abrazo del petróleo y de los petrodólares no deja de insinuarse como una ficción hollywooidense. Por ello el título de esta nota, si se miran los hechos con malicia, también nos sugiere un cuadro mucho más patético:  los padres de la leyenda Ben Laden, quienes según la historia oficial, lo entrenaron, armaron y financiaron para echar a los invasores soviéticos de Afganistán, ahora festejan con alborozo la noticia del asesinato de ese hijo pródigo que según el más grande acto de prestidigitación mediática, con unos avioncitos tumbó las torres gemelas de Nueva York.

En efecto, hay un hecho noticioso ocultado por la gran máquina de propaganda informativa beneficiaria de los beneficiarios de los terroristas que iniciaron la guerra contra el terrorismo, es decir, las grandes corporaciones como Hali Burton, Black Water y demás multinacionales del concreto y el petróleo que gravitan alrededor de la familia Bush y sus rémoras cómplices del genocidio- Tony Blair y José María Aznar- es decir el hallazgo del profesor Niels Harrit de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, un veterano catedrático de química, quien en el programa Buenos Días Dinamarca, señalaba como en el material que se pudo analizar, se hallaron trazas de un sofisticado explosivo empleado para hacer demoliciones y hay otro hecho dentro de un montón que desglosaré en esta nota:

La empresa contratada para recoger en tiempo record y comercializar los escombros es una experta en el negocio de las demoliciones controladas: Controled Demolition Inc. En este orden de ideas, es por demás inexplicable cómo un edificio si supuestamente es derribado por el incendio, en lugar de explotar, es decir, expeler vidrios, pedazos de concretos, las imágenes muestran un edificio desmoronándose paulatinamente sobre sí mismo, como en las demoliciones controladas. Probablemente el 11 de Septiembre del año 2011 asistimos a la puesta en escena de un macabro performance operado por un colectivo siniestro de empresarios de la guerra, que tras un montaje muy típico del cine norteamericano de explosiones, diseñó la escena que más tarde mediante otra gran mentira, las armas de destrucción masiva legitimó la guerra preventiva contra el terrorismo, las cárceles y secuestros internacionales vía Guantánamo.

De la noche el desconocido Osama Ben Laden nace como leyenda y cruzado de una guerra contra occidente, que fue replicada editorialmente por catedráticos del ala ultraconservadora como Francis Fukuyama o Samuel Hurtington, el padre de esta criatura xenófoba harto trabajada en novelas de espionaje por Robert Ludlum o Ken Follet, en cuyas páginas los musulmanes son unos villanos y los chicos de la CIA y el Mossad, agentes de un entramado de estados malhechores, los héroes que salvan al mundo.  El impacto fue tan tremendo que en lugares culturales tan lejos de los operadores de este gran indicio de conspiración como los cantos sabaneros de acordeón de Lucho Cobo, Los Carnavales de Barranquilla o El Festival del Burro en San Antero, la figura de Osama Ben Laden y de los talibanes, fue trovada y puesta en escena.

Pero como la mentira tiene patas cortas, la madeja de mentiras no ha parado de desenvolverse ante nuestros ojos: se descubrió que las armas de destrucción masiva fueron un fraude, pero la Corte Penal Internacional no ha movido una página para procesar a Bush, Blair y Aznar, los ejecutores del primer gran genocidio del siglo XXI- como lo señala Estela Calloni en una nota del portal Telesur- y que desde un tanque Abrahams se disparó contra el Hotel Palestina de la invadida Bagadad para silenciar a la prensa que registraba el genocidio, hecho donde perdió la vida el periodista José Couto. Después de eso se descubrió que los héroes de Ken Follet, Robert Ludlum y su tropa, venían secuestrando ciudadanos árabes, interrogándolos y torturándolos en cárceles clandestinas de la "civilizada Europa" y luego enviados a Guantánamo cuando estalló el escándalo de violación de derechos humanos y vejacions en Abhu Grahib.

Y Carla del Fonce y Baltasar Garzón, calladitos se siguen viendo bonitos cuando se trata de los padres y madres del terrorismo "bueno", porque en el caso de Gadafi casi se parten una pata corriendo a abrir un expediente por una supuesta masacre de población civil, que siempre en comparación con el Plomo Fundido - de los chicos del Mossad y el sionismo de Bibi Netanyahu- o los miles de muertos de Irak y Aganistán, si algún día pudo ser cierto no deja de ser un juego de niños, que incluso superó a Hitler y su tropa de criminales de guerra. Por eso, la nueva comiquita o el nuevo paquito de Osama, asesinado en Pakistán y enterrado en el mar con ritual musulmán, parece el cuadro de fondo perfectro para el matrimonio de William y Kate - pareja perfecta de vividores vitalicios del erario público británico- y su beso de boda para revistas de creyentes en pajaritos preñados y príncipes azules.

Mientras ellos se daban ese beso, sus tropas y las del resto de malhechores y terroristas de la OTÁN, masacraban a tres niños y al hijo mayor de la familia de Gadafi, escandalizando al representante del vaticano en Libia, que les pedía un imposible: caridad y piedad humana. Tal vez ese sea otro "milagro" de San Juan Pablo II, como afirmara en el más delirante éxtasis sólo para cipayos, el represor de indígenas en Baguas y exsocialista, Alan García, otro héroe y buen ejemplo de gobierno neolibral, Alán García. Como diría Daniel Coronel en una columna de revista semana, con la muerte de Ben Laden y su historia de película, asistimos a otro acto de fe de tan conspicuos terroristas y matones.

1 Comentarios:

Anónimo dijo...

Y para que te duela mas, mamertico de tres pesos, a tu héroe Ben Laden lo ubicaron por información obtenida de Guantánamo! Esta entrada no es mas que un compendio de quejas y de odio por la nacion norteamericana. Porque los tienen engañados de que todos sus problemas tiene origen en el "imperio", pero seguramente tu país exporta para el imperio, asi que tu vives indirectamente de ese "imperio" malevolo que tanto críticas! Pendejo.