Entre arroyos y humedales

En este país donde el avance económico o estabilidad económica se mide por los tantos metros construidos, no se respetan linderos, bermas, arroyos y humedales; inclusive aéreas de mangle y declives para el cauce efímero de arroyos que se forman en épocas invernales.

De esto si sabían y mucho los indígenas, sobre todo los Zenues, que domesticaron para su uso toda la inundación que va por la depresión momposina y otras aéreas y que hoy mantiene en la inopia a miles de colombianos. Sus terrazas formadas por la tierra que sacaban de los canales para mantener un cauce estable servía para sembrar alimentos de pan coger y en los canales, antes que se inventaran la piscicultura, ‘sembraban’ bocachicos, hicoteas y otras especias que hacían inmensamente rica su dieta. Hoy es rellene, nivele y levante mijo.

Como muestra de ello y con la seguridad que los estamentos encargados no harán nada por remediar la situación, la comunidad denunció la manera como se han taponado las bocas de arroyos que desembocaban en la ciénaga de Mallorquin. De igual manera los humedales se rellenan en aras de terrenos fáciles, a precios de huevo para levantar ghettos para pudientes, esos que se esconden de la ciudad que dizque aman. Pasese por la ‘Iglesia’ del padre Hollman, allí hay un un humedal que como quien no quiere la cosa y haciéndose los maricas han comenzado a tapar con el fin de ampliar el área del templo.

Y nuestro amigo Adlay Stevenson Samper nos remite esta perla.

SIGUE LA DESTRUCCION DE LOS HUMEDALES EN EL NORTE DE   BARRANQUILLA

Si creían que el caso del arroyo desviado de su cauce impidiendo su llegada al ecosistema de Mallorquín era el único, se equivocaron. Al pie de la ladera en donde se construyó el barrio Miramar existe un jagüey surtido por sus aguas de escorrentías cuya función es depositarlas y absorberlas. Queda ubicado exactamente en la tenebrosa circunvalar al lado de unos bohíos en donde queda una gallera, muy cerca al puente de la 46 y de una estación de policía.

Una zona de barro gallego, inestable, y que ha traído un hundimiento del peralte de la circunvalar que presenta allí peligrosas subidas y bajadas e incluso, en un tramo de 10 metros , ya se corrió. Igual a lo acontecido con la carrera 38.

Este jagüey hace parte de un complicado sistema de absorción de agua que comprenden los terrenos que llegan hacia las elevaciones de las montañas que se encuentran más allá de Juan Mina. Es un vasto colchón de agua con arroyos que corren en diversas direcciones: hacia Mallorquín y hacia el sur de Barranquilla.

Como una forma de ganar terrenos de difícil topografía, se esta rellenando poco a poco el jagüey. La inmensa pila de arena, visible desde la circunvalar, alcanza una altura promedio de 10 a 15 metros , pues la intención es subir el nivel en ese sector para posteriormente hacer uso de el en actividades de la construcción.

Con este y otros episodios similares, Barranquilla ostenta una de los más grandes lideratos en el mundo en materia de contaminación y destrucción de sus aguas. Como dice su himno: Ceñida de agua…evaporada.

Y los entes encargados, bien y ¿tu?

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