La Otra Marcha

28 febrero 2008

(Colprensa, Febrero 15, 2008)
Por Hernando Gómez Buendía

Son las motosierras, las cabezas cortadas para jugar al fútbol, los
cuerpos recortados para ahorrar trabajo, los machetazos para no gastar
balas. Son las niñas violadas, los niños masacrados, las casas
incendiadas, los 4 millones de hectáreas usurpadas, los 3 millones de campesinos echados como perros. Son Mapiripán, Chengue, Mejor Esquina, Barcelona, El Aro, La Negra, el Alto Naya, Honduras, Pueblo Bello, Las Tangas, Buenos Aires, El Salado, La Granja, La Chinita. Son la Unión Patriótica, Carlos Pizarro, Bernardo Jaramillo, Jaime Garzón, es Mario, es Elsa. Son 15.000 asesinatos, 1.800 masacres, cientos de fosas ocultas, 3.000 desaparecidos.

Son crímenes de lesa humanidad, o crímenes que niegan el ser humano en cada uno de nosotros. Por eso, asistir a la marcha del 6 de marzo es un acto puro de moralidad, una expresión colectiva y simbólica de nuestra dignidad como seres humanos.

La misma dignidad que se expresó en la marcha del 4 de febrero,
cuando unos 8 millones de colombianos en 140 países salimos a protestar
contra los asesinatos, los collares-bomba, las pipetas, las minas, los
secuestros, las cadenas y las bombas de las Farc. Son crímenes de lesa humanidad, que por eso merecen el repudio de la humanidad.

No se trata de comparar. Y no es lícito comparar. Un crimen nunca puede justificar otro crimen, porque entonces ninguno sería un crimen – y habríamos renunciado a ser humanos-. Así que, desde el punto de vista moral, los mismos 8 millones de colombianos que marchamos en febrero tenemos el deber de hacerlo en marzo.

Pero no hay que ser un genio para saber que a la marcha del 6 de
marzo no asistirán 8 millones de colombianos, y tal vez ni siquiera un
millón de colombianos. Es porque esos eventos multitudinarios no son - como deberían ser y como a la gente le dicen que son- actos morales puros, sino que además son actos mediáticos y actos políticos.

Los medios son el único lugar donde las multitudes se crean, se
organizan y se expresan, y por tanto la marcha de febrero no habría sido sin la supercampaña de los medios en contra de las Farc. Pues resulta que
en los medios decisivos no hay la misma claridad ni hay el mismo
entusiasmo en condenar los horrores de las “autodefensas” (y es elocuente que así las llamen). ¿O es que de veras cree Usted que los canales
privados, las radiocadenas y el periódico de Bogotá van a dedicar iguales
horas extras y otra página diaria a organizar otra megamarcha contra los
“paras”?

Lo cual me trae a la marcha como un acto político, como expresión de
acuerdo o desacuerdo con una cierta manera de concebir y gestionar los
intereses públicos. Y aquí nos encontramos con una asimetría
inocultable: en tanto la política de mano dura en contra de las Farc tiene el
apoyo de tirios y troyanos, la política de mano blanda respecto de los
“paras” es el asunto más controvertido de este megagobierno.

Los hechos son tozudos. Llevamos ya 6 años de un Presidente dedicado con sus ministros y sus consejeros a buscar un camino legal para
indultar a los señores de Ralito y sus miles de “muchachos”.
Hay una ley de “verdad, justicia y reparación”, pero es la verdad que le convenga
contar a cada ex comandante, la justicia en cárceles que no lo son tanto y
la reparación en fincas para ser entregadas a grandes palmicultores.
Los hechos son tozudos, pero las percepciones son todavía más
tozudas. La gente – la mitad de la gente, dicen las encuestas- piensa que las autodefensas se justifican y uno de cada tres colombianos piensa que
ellas deben perseguir a las guerrillas. Es lo que oigo decir en las
tertulias: que a la marcha de marzo no hay que sumarse porque los paras no son tan malos, porque son un mal necesario, porque pagaron sus penas, porque se acabaron, porque la Farc invitan o a las Farc les conviene, porque atacar a los paras es atacar al Ejército y es atacar al Presidente Uribe.

Todo lo cual en mi opinión confirma que el nuestro es un país bastante confundido.

-------------------------------------------------------------
Aunque estoy convencido que no necesitamos de mas razones para salir a marchar este 6 de marzo, o cualquier otro día, como una manera de enfrentar nuestros miedos publicamos el anterior articulo por identificarnos con sus planteamientos.

3 Comentarios:

Anónimo dijo...

no se que edad tenga Hernando Gómez Buendía, pero el primer párrafo me traslado al Sur del Huila y el cauca en 1983, donde los hoy padres de la patria del polo tenían instaurada la ley del machete y el moche de cabezas, no con motosierra, con una hoz, si la misma del comunismo,con una hoz para hacerlo en silencio, para aconomizar municiones, claro despues de haber desnudado a los soldados heridos, en ese tiempo el M19 era una guerrilla pobre, despues pablo escobar la convirtió en una guerrilla tomapalacios y unos años despues esta patria que odian los convirtió en heroes, senadores y gobernadores, ahora candidatos presidenciales y los que defendimos el país somos juzgados como asesinos....
el mundo patasarriba, que descaro

Anónimo dijo...

desnudaban los soldados para poder usar después sus uniformes, en ese tiempo no teían el apoyo económico de Chavez, ni de los tumbados de los senadores de izquierda, ni del narcotráfico, claro hasta el ingreso de pablo escobar al M19, que les dió tanta plata que aun hoy les permite a estos exasesinos, tener a sus hijos estudiando en harvard

Anónimo dijo...

por eso es que en este país el único camino es indulto, perdon y olvido...
o alguien me va a devolver a mi hermano descuartizado por las Farc?